La verdad se esconde
en cosas bien simples.
Las personas que
quieres, unos tragos y la decisión de ir más allá. La familia se encoje ante
tales expectativas. Te llamarán un loco idealista con aires grandeza. ¿Pero qué
hay de malo en ello?
Somos una raza
territorial y celosa. Animales que prohíben. Así como suena. Somos nuestros, de
uno cuantos. ¿Pero que hay del deseo?
Ella se derrite en ello mientras la flor de la
asasnia se marchita- Y ella no me dice nada. Y yo no le digo nada.
Sólo me da un poco de
vergüenza desistir tan fácilmente. Ser como mis padres, y sus padres. Y los
abuelos de mis nietos. Decido ser moral e inmoral mientras baile y claudique,
mientras hable y blasfeme.
Dame vacaciones y
verás como acabo con tu universo y con tu ideología y te presento a la muerte
para que te invite un trago y bailemos todos y forniquemos y perdamos la
importancia. Prometo no cortarte la cabeza y sacarte el corazón con una botella
de mucho filo. Ella cantará como una santa, sintiendo nuestro peso, sin estar
involucrada.
¿Pensabas que este
sería yo? ¿Encima de ti, sacando lo mejor de ti?
Los viejos se han ido
hace mucho tiempo. Sólo espero que olviden quienes eran, para poder ser
brillantes estrellas.
El humo se levanta
como una mañana desesperada, son mis pulmones queriendo elevarnos, hermanos, a
otra atmósfera, a otro lugar.
Hemos de abrazar el
futuro como venga, pero no sin antes pelear y dejar nuestras huellas tatuadas
en las constelaciones.
Y hay solo una forma
de traicionarme. Bésala, bésalo y el demonio se hará pedazos.
Ella es intocable,
mierda. Folla y ama con cualquiera. No cometas el error de rozarle el brazo.
Porque las llamas de un tabaco esperan por ti, amarrado a una silla.
Y para todas aquellas
que esperaron que fuera el redentor:
Soy el inútil del
siglo, la decepción de la vida, el perdedor de la década. Tómenme como un tipo
parcialmente duro. Me gusta la lluvia, y el tabaco y ver cómo la muerte toma
por sorpresa a cualquiera, o toma a cientos y a miles naturalmente. Sádico
perdedor; un fotógrafo de retratos de
palabras. La vida, esa frágil puta, esa reina acompañada de su hermana muerte,
tan atractiva y seductora, tan complaciente y fácil.
El trago fluye, el
humo se eleva. El cuerpo engorda, el alma se agota.
No tengo nada que
decirte, no soy nadie para perdonarte. Soy un pecador más bajo el sol. Ardería
en el infierno, siempre y cuando dios me invitara a sus vacaciones.
Estoy atrapado en el
resplandor. Algunos amigos míos sabrán de qué hablo pero no hablo de ti,
cobarde adaptado que pisa letras para no perder registro.
¿Aun crees en la
realidad? si no lo puedes hacer pregúntate que haces respirando… ese es el
punto… estás muerto, y estás vivo.
¡MIRA A TU ALREDEDOR!
TE
VOY A DECIR UN SECRETO.
Una sospecha se
levanta rugiendo en la noche. Se amansa cual niebla soltando una nube vieja,
verde. Todos esperan por mañana. Hay himnos confusos de esperanza. Hay que
aguantar y dejar el cazar por sobrevivir. Me siento albergado y abandonado.
Ellos piensan en la ciudad o el universo pero yo necesito dinero. ¿A caso
alguien pagará por esto?
Necesito un tostón
para más cerveza. Necesito otro tostón para más hierba. Necesito cincuenta
centavos para sacarme este aturdimiento. Necesito valor para pagar por no bailar
en este baile de mierda.
Déjame morir con esta
voz horrible. Expulsa de mi cuerpo tu recuerdo. Bórrame, vuela en mi, déjame
morir, así.
Confúndeme
en verdades, en un talento abrupto. Oh si, mi realidad.
Sé inmortal en mis pulmones, sé mi alma
contaminante, que no fue nada, nunca fui algo…