jueves, 29 de noviembre de 2012


DIARIOS
DE
HARINA

Por Saúl Coronado

26/06/08 1:20 a.m.


Los silentes bombardeos del calor previo. La bebida que se ausenta calle abajo esperando en una fría emboscada, un asalto a la razón. La bendita palabra que he esperado durante tanto tiempo y que durante tantos años se ha acumulado en el estómago provocando estertores y estreñimiento por aguantar y procurar ser aguantado.

El desbordamiento de las piezas que poco a poco caen como figurillas de porcelana que se reconstruyeron después de una vertiginosa destrucción en millones de fragmentos. El orden se asienta de manera parcial y deja un momento para darse un respiro. Como si todo fuera impecable, como si en realidad fuéramos eternos.

Todos tienen una vida que atender. No puedo decir lo mismo a cerca de mí. Es simple. Muchas veces me han llamado apático, indiferente. Otras tantas han dicho que soy depresivo, suicida. La verdad es que no hay nada más falso. Soy un ave paciente que observa cómo van a la iglesia y mienten, cómo van a la escuela y son despojados, cómo van al trabajo y mueren medianamente satisfechos a la vieja usanza: de manera lenta e inconsciente.

He vivido mucho tiempo aquí. Más de lo que cualquiera pudiera pensar.

El golpeteo de las teclas no me obsesionaba; en realidad nunca llamó mi atención. Es esta enferma necesidad la que me impulsa, es la verdadera musa. Es el íntegro deseo de permanecer levemente cuerdo o de plano perder la cabeza.

En un cuarto solitario donde la madrugada alumbra lo mismo que una luciérnaga el oscuro universo. Donde las horas se detienen y aplastan irremediablemente; insensatas hijas de puta. Donde la última vez que vi a una mujer estaba haciendo su tarea y atendiendo sus asuntos vanos y sinsentido. Donde la última vez que tuve un espejo, lo vi abrirse por la mitad por la acción de fuerzas ocultas que habitan más allá de nuestra imaginación.

Con el rostro tieso y esta barriga que se mofa de mi. Con la espalda seca y ojos que asoman algo de conciencia. Con un caos que sólo redime la verdad de una mente desordenada y vacía en busca de un poco de iluminación. La vida de un sujeto que aspira grandes bocanadas de aire para convertirlas en desperdicio inmediato. Algo que cualquiera puede hacer. El punto es qué se hace mientras la perra vida nos sonríe o nos patea la entrepierna.

Si esto fuera un diario, sería más que absurdo.

Los últimos dos meses, la rutina me ha convertido en un ser gris e inactivo, aún más de lo que lo era. Las tardes transcurren como si no pasara nada. Sé que la corbatas siguen lisas allá afuera, que el café siempre está caliente, que los charcos se secan y se vuelven a llenar, que los manicomios tienen siempre espacio para uno más, que él y ella tal vez estén juntos tomando martinis brindando por lo idiota que soy. Que hay un empleo que aguarda por mí como la horca por un condenado. Que la gente sigue sus vidas, pero con más fe, sigue su muerte.

La simpleza ha muerto. Dejó de vagar por estos rumbos hace mucho. Quisiera tener una historia qué contar pero creo que hasta el momento he malgastado gran parte de mi vida en una pendejada u otra. Tal vez debería haber tenido más peleas de bar al estilo Chinaski o auto exiliarme en Paris como Miller. Tal vez debería estar con una aguja metida en el talón como Burroughs o flotando entre realidades como Castaneda. Digo, nunca es tarde, pero es difícil cuando la lucha contra uno mismo. Esa batalla siempre está perdida. Aún así siendo el ganador, dime tú ¿quién pierde siempre?

27/06/08 02:44 a.m.


La verdad se esconde en cosas bien simples.

Las personas que quieres, unos tragos y la decisión de ir más allá. La familia se encoje ante tales expectativas. Te llamarán un loco idealista con aires grandeza. ¿Pero qué hay de malo en ello?

Somos una raza territorial y celosa. Animales que prohíben. Así como suena. Somos nuestros, de uno cuantos. ¿Pero que hay del deseo?

 Ella se derrite en ello mientras la flor de la asasnia se marchita- Y ella no me dice nada. Y yo no le digo nada.

Sólo me da un poco de vergüenza desistir tan fácilmente. Ser como mis padres, y sus padres. Y los abuelos de mis nietos. Decido ser moral e inmoral mientras baile y claudique, mientras hable y blasfeme.
Dame vacaciones y verás como acabo con tu universo y con tu ideología y te presento a la muerte para que te invite un trago y bailemos todos y forniquemos y perdamos la importancia. Prometo no cortarte la cabeza y sacarte el corazón con una botella de mucho filo. Ella cantará como una santa, sintiendo nuestro peso, sin estar involucrada.

¿Pensabas que este sería yo? ¿Encima de ti, sacando lo mejor de ti?

Los viejos se han ido hace mucho tiempo. Sólo espero que olviden quienes eran, para poder ser brillantes estrellas.

El humo se levanta como una mañana desesperada, son mis pulmones queriendo elevarnos, hermanos, a otra atmósfera, a otro lugar.

Hemos de abrazar el futuro como venga, pero no sin antes pelear y dejar nuestras huellas tatuadas en las constelaciones.

Y hay solo una forma de traicionarme. Bésala, bésalo y el demonio se hará pedazos.

Ella es intocable, mierda. Folla y ama con cualquiera. No cometas el error de rozarle el brazo. Porque las llamas de un tabaco esperan por ti, amarrado a una silla.

Y para todas aquellas que esperaron que fuera el redentor:

Soy el inútil del siglo, la decepción de la vida, el perdedor de la década. Tómenme como un tipo parcialmente duro. Me gusta la lluvia, y el tabaco y ver cómo la muerte toma por sorpresa a cualquiera, o toma a cientos y a miles naturalmente. Sádico perdedor;  un fotógrafo de retratos de palabras. La vida, esa frágil puta, esa reina acompañada de su hermana muerte, tan atractiva y seductora, tan complaciente y fácil.

El trago fluye, el humo se eleva. El cuerpo engorda, el alma se agota.

No tengo nada que decirte, no soy nadie para perdonarte. Soy un pecador más bajo el sol. Ardería en el infierno, siempre y cuando dios me invitara a sus vacaciones.

Estoy atrapado en el resplandor. Algunos amigos míos sabrán de qué hablo pero no hablo de ti, cobarde adaptado que pisa letras para no perder registro.

¿Aun crees en la realidad? si no lo puedes hacer pregúntate que haces respirando… ese es el punto… estás muerto, y estás vivo.

¡MIRA A TU ALREDEDOR!

TE VOY A DECIR UN SECRETO.

Una sospecha se levanta rugiendo en la noche. Se amansa cual niebla soltando una nube vieja, verde. Todos esperan por mañana. Hay himnos confusos de esperanza. Hay que aguantar y dejar el cazar por sobrevivir. Me siento albergado y abandonado. Ellos piensan en la ciudad o el universo pero yo necesito dinero. ¿A caso alguien pagará por esto?

Necesito un tostón para más cerveza. Necesito otro tostón para más hierba. Necesito cincuenta centavos para sacarme este aturdimiento. Necesito valor para pagar por no bailar en este baile de mierda.


Déjame morir con esta voz horrible. Expulsa de mi cuerpo tu recuerdo. Bórrame, vuela en mi, déjame morir, así.

Confúndeme en verdades, en un talento abrupto. Oh si, mi realidad.

Sé  inmortal en mis pulmones, sé mi alma contaminante, que no fue nada, nunca fui algo…

29/06/08 1:37 a.m.


Hoy hubo un concierto de rock. Lo hicieron tipos casi obsoletos. Y no somos ni tan malos ni tan distantes.

Si hay que mentir, dime la mentira a mí. Quítate de encima el lastre. Miénteme a mí que siempre creeré. Salvaje amigo que me haces menos para ser más tú. Miénteme a mí, a ver si puedes.

Una sierra parte la cabeza de un servidor mientras ve las cosas de cera. SI, soy un monstruo, de manera natural, ¿De qué canción es eso?

Deja volar a tu amigo muerto que cabalga sobre un dragón con acné. Salúdalo desde lejos. Porque el no sabe lo que puede mostrar. Está aburrido como tú pero haría exactamente lo mismo que tú haces. Pobre del dragón que cabalga tu amigo…

Ellos terminaron y se fueron satisfechos a casa. Y a ti te ponen un teclado en frente. ¿Han hecho su lucha?  ¿Quién se siente más satisfecho?

El líquido espejo es redundante. Trata de reflejarte. Es muy absurdo escuchar el pasado. ¿Hay momentos, minutos, siquiera días en los que sientas que has hecho lo correcto? Mi perdedor favorito, mi promesa sin  cumplir.

Oh si, aquí vengo a verme al espejo. Si hubiera tenido el talento de ser bello, estas palabras no existirían. Amo mi horroroso rostro, con mis pústulas y granos, Mi faz roja. Mis remedios nucleares y el dolor, el ardor, todo por ser normal. Pero me conforto, dice Nietszche: “quítale a un jorobado la joroba y le quitarás los sesos”. Digo, no soy bello ni el mejor de los feos. Pero muchos me envidian, ¡JA! Esa mierda qué…

Busco cerrar memorablemente el día. De una manera, sucia y entonada. Fuera de la tierra, dentro del cielo.

Dulce ángel de sinceridad. Ya no eres nada pasando la frontera pero aquí te coreamos y te cantamos… y te extrañamos.

02/07/08 03:03 a.m.


Y das la vuelta. Y despiertas con la garganta hecha pedazos. ¿Qué hiciste?

¿Qué pasó ayer?
¿Y el hospital?
¿Y la sangre?
¿Supiste que te golpearon casi hasta matarte?

SI.

Lamí  mi propia sangre. Sabía a tequila. Recuerdo un par de sujetos vueltos fieras. Apuntándome como si fuera el Jesucristo. ¡Ese, es el hijo de Dios! Nunca aciertan.

La bebida no está mal, el rocanrol no está mal, el mundo no está mal…. Según esto, SOY YO el que está mal.

Si lanzas una bengala y esperas a ver su brillo. Si pones una coma de más y esperas su pausa. Si esperas aplausos y un avión. Eres parte de. ¿Pero de qué forma?

Quiero tocar mi guitarra y gritar un tanto de poesía. Y quiero su dinero pero no su admiración. Quiero ese TOSTÓN. Más chela, jamón, salchichas, pan, leche, verduras y una que otra buena comida. No necesito pasaje. No tengo a dónde ir. Manténganme parado ante este teclado y les doy mis letras, mi música, mi cuerpo, mi alma. No mi alma no. Mi alma está aquí.

Esta es mi historia en alemán.

Venimos aquí sin nombre. Venimos aquí sin voz y crecemos y nos adaptamos. Pero cuando niños luchamos, los retamos. Y ellos se desesperaban, no comprendían. Se mofaban de nuestra inocencia y nosotros nos reíamos de su cuadradéz. Una carne azada y unas cervezas y un ron y todo aquello. Una pelota para los niños, una prima antojable un animal extraño en el jardín. ¿Qué pasa cuando los niños crecen y se beben tu licor y los reprimes y los conduces y ya eres demasiado viejo? Vienes a lamentarte y a rememorar tu esplendor. Tú que no hiciste nada. Tú que vienes a decirme que hacer a mi.

Sabe muy bien ver tu cara en el espejo y notar que no eres perfecto.

Él diría.: “¿qué es perfecto?, eso es subjetivo”. Pero ÉL no ha sentido el dolor del desprecio. El asco hacia uno mismo. Cual piedra pulida y con el dolor que eso implica a la piedra., me estoy viendo un poco mejor para este show. Y se siente bien, pero duele.

Y ahí vienen a atacar las hormigas con corbata. El redoble marca el paso. La verdad. ¿La verdad?. Un grito en el cielo, una luz heroína. Gasolina. Explosiva, La mente ociosa siempre dictará palabras de copia espontánea. Quisieras que hablara de mis mujeres o de mis padres., pero ellos sólo han sido una pérdida de tiempo. Un montón de peleas innecesarias. Una escuela, cual primaria. La manutención, el amor, la traición. Todos buscamos una familia lejos de la que nos gestó. Huimos como ratones y encajamos o nos vamos, buscando un mejor queso. Un queso trascendental.

Sí, me odias porque me amas, me amas por que me odias. Y así se escurren los sentimientos. Un coro milenario se cuela en el audio de un concierto donde toca Dios y Satán y pincha Krishna. Uno pedo, el otro pacheco y el último en ácido. Y bailamos a su ritmo. Conocemos la estúpida política de la redención y el presente. Sabemos de la corrupción de los sentidos y la renta de los ideales. Nos clavamos al sonido de una misma voz cavando nuestras tumbas al paso de nuestros grandes bailes. Y lo gozamos y lo vivimos y lo sufrimos y lo volvemos a gozar.

¿Cuál es el error?

¿Bailar al ritmo que te toquen?

La orquesta no es para bailarse, el orquestador es el universo, nuestra podrida ciudad, nuestro pequeño cielo, LA CIUDAD DE MÉXICO.

Y el gurú huye en un Volkswagen hacia el norte. NO resistió la prédica que recomendó. Valiente se lanza a la nada.

Ya sé que libro regalarle. Le diré que le preguntes al polvo.

 Olvida esas cosas que se acaban con la interrupción.

Llegó la policía y a pasar la noche en la cárcel.

04/07/08 2:18 a.m.


Y lo que en un principio era placentero, se ha convertido en un dolor de entrañas sin razón aparente. Bueno, no es tan difícil de descifrar…

 El exceso de búsqueda de satisfacción siempre nos conducirá a senderos escabrosos donde muchas veces no hay retorno. La médula helada y erguida durante segundos infinitos se rompe al no hallar la sustancia que antes era ley. Siniestros rostros abordan la razón de la conciencia que vaga perdida en un mundo oscuro y cristalino.

Las caminatas nocturnas solían funcionar hasta que la conocí y todo se vino abajo.

Ahora tengo que velarle el sueño esperando un poco más que un “buenas noches” y un beso.

 Quisiera entregarle mi desesperación y mis sueños, mi angustia y mis deseos, mi estupidez y mi grandeza, pero ella vive en otro mundo muy distante al mío.

No se si sea la gotera lo que los despierta, o las teclas muertas que permanecen así durante todo el día y deciden salir a bailar por la noche y consumir algo de éxtasis para aderezar la experiencia. De cualquier forma temen reclamar. Nadie quiere lidiar con un tipo que no sale de su cuarto en todo el día y tiene la necesidad compulsiva de escribir por las noches. Yo no lo haría…

Si un ángel baja y me entrega una carta anunciando una invitación al más allá, es probable que la acepte, o que le arranque las alas, o que lo corrompa dándole cerveza y mariguana. Su entero ser sacudiéndose al ritmo de una melodía nunca antes grabada, su cerebro derritiéndose al beat de música que no necesita ser inventada.

Hay papel pegado a mis dedos que no permite disimular mi situación. Cada vez más encerrado en la prisión que este cuerpo. Debería convertirlo en un hermoso vehículo. El auto abuso es la llave, es el gozo, es la sensación del dolor provocando una maliciosa sonrisa.

07/07/08 3:57 a.m.


Ayudar a mi padre no está mal. Un mensajero que recorre a diario las roídas calles de esta su majestad la Babilonia. Él es un tipo amable que encaja en el mundo por su educación y sus maldiciones cuando son necesarias.

Se adelanta con paso seguro y atraviesa la puerta de giratoria y dice: “Buenos días señorita Liliana, vengo a ver a Fulano Letal” Y ella con una sonrisa le pide una identificación para poder dale acceso. Y es aquí donde empieza el baile de la corporativa, con sus hombres corporativos, sus zapatos corporativos, brillando sobre el suelo corporativo de su enorme edificio corporativo que está postrado en una zona exclusiva corporativa con horarios corporativos y tacones corporativos y culos firmes de mujeres corporativas que fuman sus cigarros corporativos en las zonas de fumar corporativas mientras charlan con sus compañeros corporativos que huelen a loción corporativa y atienden sus celulares corporativos para saber que pasa en otras corporativas que albergan trajes sastre corporativos postrados en voluminosas mujeres corporativas que abren sus apestosas bocas corporativas para gritarle un sujeto corporativo que su café no está corporativamente preparado. El ascensor corporativo llega para elevar las mentes corporativas hasta sus sitios corporativos. Al entrar, un corporativo “Buenos días”, al salir, un corporativo “Que tenga buena tarde”.

Es un hecho curioso, pero cierto. Yo estuve ahí.